martes, 8 de septiembre de 2015

Ann Druyan sobre Carl Sagan


"Cuando mi esposo murió, porque era muy famoso por no ser creyente, muchas personas se me acercaban – todavía me sucede algunas veces – y me preguntaban si Carl había cambiado al final y se había convertido a la creencia en una vida después de la muerte. También me preguntan frecuentemente si creo que lo volveré a ver. Carl enfrentó su muerte con infatigable valentía y nunca buscó refugio en ilusiones. La tragedia era que ambos sabíamos que nunca nos volveríamos a ver. Nunca he esperado volver a reunirme con Carl. Pero, lo más grandioso es que cuando estuvimos juntos, por casi veinte años, vivimos con una vívida apreciación de cuán corta y cuán preciosa es la vida. Nunca trivializamos el significado de la muerte fingiendo que era alguna otra cosa diferente a un último adiós. Cada momento que estuvimos vivos y que estuvimos juntos fue milagroso – pero no en el sentido de haber sido inexplicable o sobrenatural. Sabíamos que habíamos sido beneficiarios del azar…Que el puro azar haya sido tan generoso y tan amable…Que nos pudimos encontrar, como Carl escribió de forma tan hermosa en Cosmos, sabes, en la vastedad del espacio y en la inmensidad del tiempo…Que hayamos podido estar juntos por veinte años. Eso es algo que me sostiene y que es mucho más significativo…La forma en la que me trató y la forma en la que yo lo traté a él, la forma en la que nos cuidábamos el uno al otro y cuidábamos a nuestra familia, mientras vivió. Eso es mucho más importante que la idea de que lo volveré a ver algún día. Creo que no volveré a ver a Carl nunca más. Pero lo ví. Nos vimos el uno al otro. Nos encontramos el uno al otro en el cosmos, y eso fue maravilloso."

2 comentarios:

( Por debajo de la piel ) dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
( Por debajo de la piel ) dijo...

Justo lo que necesitaba leer y no lo sabía <3
Gracias :)