miércoles, 6 de mayo de 2015

AUSENCIA, PABLO NERUDA



Apenas te he dejado,
vas en mí, cristalina 
o temblorosa, 
o inquieta, herida por mí mismo 
o colmada de amor, como cuando tus ojos
 se cierran sobre el don de la vida
que sin cesar te entrego. 

Amor mío, 
nos hemos encontrado sedientos 
y nos hemos
bebido toda el agua y la sangre,
nos encontramos 
con hambre
y nos mordimos 
como el fuego muerde,
dejándonos heridas. 

Pero espérame,
guárdame tu dulzura.
Yo te daré también
una rosa.