miércoles, 31 de diciembre de 2014

CARILDA OLIVER LABRA. Cuido mi soledad como un regalo

 
Cuido mi soledad como un regalo
que ya tendré que devolver un día
cuando se me acabe la poesía
y descubran que soy un ángel malo.
Vivo del disparate, sin ayuda,
sin resplandor ni fuego que me hable,
y caigo en este luto irreparable
donde bebo mis tósigos de viuda.
No me compadezcáis pues tanta pena
tal vez la merecí, y es mi condena.
Miradme bien: yo sufro con cariño.
Llega el dolor enorme que derrota,
y aunque me crean para siempre rota
lo cargo entre mis brazos como a un niño.

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