Desde aquel momento (hasta ahora...
años, quiza, según otras medidas,
pero en mi recuerdo es sólo una frase reiterada)
hay tantos días
en los que la vida se detiene, frena y se sienta
y espera como un tren en las vías.
Paso por ese hotel a las 8
y a las 5. Hay gatos en los callejones
y botellas y mendigos,
y levanto los ojos hacia la ventana y pienso
ya no sé dónde estás,
y sigo andando y me pregunto adónde
va la vida
cuando se detiene.
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