LXI
A media noche, envuelta en paños oscuros para no ser advertida, rondé
tu casa. Iba y venía. Tus persianas, tus puertas, cerradas…
Como el ladrón, en puntillas, me acerqué, una, dos, tres veces, a
tocar las paredes que te protegían.
LXII
Un pájaro repite insistentemente la misma nota y mi corazón el mismo
latido. ¿Por qué no te acercas, pobre avecilla? Tú sola en la
rama… yo sola en mi cuarto… ¿Por qué no te acercas a calentar
mi corazón?
A media noche, envuelta en paños oscuros para no ser advertida, rondé
tu casa. Iba y venía. Tus persianas, tus puertas, cerradas…
Como el ladrón, en puntillas, me acerqué, una, dos, tres veces, a
tocar las paredes que te protegían.
LXII
Un pájaro repite insistentemente la misma nota y mi corazón el mismo
latido. ¿Por qué no te acercas, pobre avecilla? Tú sola en la
rama… yo sola en mi cuarto… ¿Por qué no te acercas a calentar
mi corazón?
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