sábado, 10 de enero de 2015

Balada de otoño (Joan Manuel Serrat)


Llueve,

detrás de los cristales, llueve y llueve

sobre los chopos medio deshojados,

sobre los pardos tejados,

sobre los campos, llueve.




Pintaron de gris el cielo

y el suelo

se fue abrigando con hojas,

se fue vistiendo de otoño.

La tarde que se adormece

parece

un niño que el viento mece

con su balada en otoño.




Una balada en otoño,

un canto triste de melancolía,

que nace al morir el día.

Una balada en otoño,

a veces como un murmullo,

y a veces como un lamento

y a veces viento.




Llueve,

detrás de los cristales, llueve y llueve

sobre los chopos medio deshojados,

sobre los pardos tejados

sobre los campos, llueve.




Te podría contar

que esta quemándose mi último leño en el hogar,

que soy muy pobre hoy,

que por una sonrisa doy

todo lo que soy,

porque estoy solo

y tengo miedo.




Si tú fueras capaz

de ver los ojos tristes de una lámpara y hablar

con esa porcelana que descubrí ayer

y que por un momento se ha vuelto mujer.




Entonces, olvidando

mi mañana y tu pasado

volverías a mi lado.




Se va la tarde y me deja

la queja

que mañana será vieja

de una balada en otoño.




Llueve,

detrás de los cristales, llueve y llueve

sobre los chopos medio deshojados...

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