Cuido mi soledad como un regalo
que ya tendré que devolver un día
cuando se me acabe la poesía
y descubran que soy un ángel malo.
que ya tendré que devolver un día
cuando se me acabe la poesía
y descubran que soy un ángel malo.
Vivo del disparate, sin ayuda,
sin resplandor ni fuego que me hable,
y caigo en este luto irreparable
donde bebo mis tósigos de viuda.
sin resplandor ni fuego que me hable,
y caigo en este luto irreparable
donde bebo mis tósigos de viuda.
No me compadezcáis pues tanta pena
tal vez la merecí, y es mi condena.
Miradme bien: yo sufro con cariño.
tal vez la merecí, y es mi condena.
Miradme bien: yo sufro con cariño.
Llega el dolor enorme que derrota,
y aunque me crean para siempre rota
lo cargo entre mis brazos como a un niño.
y aunque me crean para siempre rota
lo cargo entre mis brazos como a un niño.
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