miércoles, 4 de septiembre de 2013
Océano mar. Alessandro Baricco
Después no es que la vida vaya como tú te la imaginas. Sigue su camino. Y tú el tuyo. Y
no son el mismo camino. Es así… No es que yo quisiera ser feliz, eso no.
Quería… salvarme, eso es, salvarme. Pero comprendí tarde por qué lado
había que ir: por el lado de los deseos. Uno espera que sean otras cosas
las que salven a la gente: el deber, la honestidad, ser buenos, ser
justos. No, los deseos son los que nos salvan. Son lo único verdadero.
Si estás con ellos, te salvarás. Pero lo comprendí demasiado tarde. Si a
la vida le das tiempo, muestra extraños recovecos, inexorables: y
adviertes que, llegado ese momento, no puedes desear nada sin hacerte
daño. Y ahí se desbarata todo, no hay manera de escapar, cuanto más te
revuelves, más se enmaraña la red; cuanto más te rebelas, más te hieres.
No se puede salir. Cuando ya era demasiado tarde, yo empecé a desear.
Con todas mis fuerzas. Me hice mucho daño, como tú no te puedes siquiera
imaginar.
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1 comentario:
Compuse unas canciones, a propósito de Océano Mar. Una de ellas dedicada a Elsewin. Disponibles aquí:
http://tomaspinel.wordpress.com/2014/04/25/elisewin-a-proposito-de-oceano-mar/
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