jueves, 31 de octubre de 2013
Matar un ruiseñor. Harper Lee
“Quería que descubrieses lo que es el verdadero valor, hijo, en vez
de creer que lo encarna un hombre con una pistola. Uno es valiente
cuando, sabiendo que la batalla está perdida de antemano, lo intenta a
pesar de todo y lucha hasta el final, pase lo que pase. Uno vence raras
veces, pero alguna vez vence”.
miércoles, 30 de octubre de 2013
Mucho más grave. Mario Benedetti
Todas las parcelas de mi vida tienen algo tuyo
y eso en verdad no es nada extraordinario
vos lo sabés tan objetivamente como yo.
Sin embargo hay algo que quisiera aclararte,
cuando digo todas las parcelas,
no me refiero solo a esto de ahora,
a esto de esperarte y aleluya encontrarte,
y carajo perderte,
y volverte a encontrar,
y ojalá nada más.
No me refiero a que de pronto digas, voy a llorar
y yo con un discreto nudo en la garganta, bueno llorá.
Y que un lindo aguacero invisible nos ampare
y quizás por eso salga enseguida el sol.
Ni me refiero a solo a que día tras día,
aumente el stock de nuestras pequeñas y decisivas complicidades,
o que yo pueda o creerme que puedo convertir mis reveses en victorias,
o me hagas el tierno regalo de tu más reciente desesperación.
No.
La cosa es muchísimo más grave.
Cuando digo todas las parcelas
quiero decir que además de ese dulce cataclismo,
también estas reescribiendo mi infancia,
esa edad en que uno dice cosas adultas y solemnes
y los solemnes adultos las celebran,
y vos en cambio sabés que eso no sirve.
Quiero decir que estás rearmando mi adolescencia,
ese tiempo en que fui un viejo cargado de recelos,
y vos sabés en cambio extraer de ese páramo,
mi germen de alegría y regarlo mirándolo.
Quiero decir que estás sacudiendo mi juventud,
ese cántaro que nadie tomó nunca en sus manos,
esa sombra que nadie arrimó a su sombra,
y vos en cambio sabés estremecerla
hasta que empiecen a caer las hojas secas,
y quede la armazón de mi verdad sin proezas.
Quiero decir que estás abrazando mi madurez
esta mezcla de estupor y experiencia,
este extraño confín de angustia y nieve,
esta bujía que ilumina la muerte,
este precipicio de la pobre vida.
Como ves es más grave,
Muchísimo más grave,
y eso en verdad no es nada extraordinario
vos lo sabés tan objetivamente como yo.
Sin embargo hay algo que quisiera aclararte,
cuando digo todas las parcelas,
no me refiero solo a esto de ahora,
a esto de esperarte y aleluya encontrarte,
y carajo perderte,
y volverte a encontrar,
y ojalá nada más.
No me refiero a que de pronto digas, voy a llorar
y yo con un discreto nudo en la garganta, bueno llorá.
Y que un lindo aguacero invisible nos ampare
y quizás por eso salga enseguida el sol.
Ni me refiero a solo a que día tras día,
aumente el stock de nuestras pequeñas y decisivas complicidades,
o que yo pueda o creerme que puedo convertir mis reveses en victorias,
o me hagas el tierno regalo de tu más reciente desesperación.
No.
La cosa es muchísimo más grave.
Cuando digo todas las parcelas
quiero decir que además de ese dulce cataclismo,
también estas reescribiendo mi infancia,
esa edad en que uno dice cosas adultas y solemnes
y los solemnes adultos las celebran,
y vos en cambio sabés que eso no sirve.
Quiero decir que estás rearmando mi adolescencia,
ese tiempo en que fui un viejo cargado de recelos,
y vos sabés en cambio extraer de ese páramo,
mi germen de alegría y regarlo mirándolo.
Quiero decir que estás sacudiendo mi juventud,
ese cántaro que nadie tomó nunca en sus manos,
esa sombra que nadie arrimó a su sombra,
y vos en cambio sabés estremecerla
hasta que empiecen a caer las hojas secas,
y quede la armazón de mi verdad sin proezas.
Quiero decir que estás abrazando mi madurez
esta mezcla de estupor y experiencia,
este extraño confín de angustia y nieve,
esta bujía que ilumina la muerte,
este precipicio de la pobre vida.
Como ves es más grave,
Muchísimo más grave,
martes, 29 de octubre de 2013
El amenazado. Jorge Luis Borges
Es el amor. Tendré que ocultarme o que huir.
Crecen los muros de su cárcel, como en un sueño atroz. La
hermosa máscara ha cambiado, pero como siempre es la única.
¿De qué me servirán mis talismanes: el ejercicio de las letras,
la vaga erudición, el aprendizaje de las palabras que usó el
áspero Norte para cantar sus mares y sus espadas, la serena
amistad, las galerías de la Biblioteca, las cosas comunes, los
hábitos, el joven amor de mi madre, la sombra militar de mis
muertos, la noche intemporal, el sabor del sueño?
Estar contigo o no estar contigo es la medida de mi tiempo.
Ya el cántaro se quiebra sobre la fuente, ya el hombre se
levanta a la voz del ave, ya se han oscurecido los que miran
por las ventanas, pero la sombra no ha traído la paz.
Es, ya lo sé, el amor: la ansiedad y el alivio de oír tu voz,
la espera y la memoria, el horror de vivir en lo sucesivo.
Es el amor con sus mitología, con sus pequeñas magias inútiles.
Hay una esquina por la que no me atrevo a pasar.
Ya los ejércitos me cercan, las hordas.
(Esta habitación es irreal; ella no la ha visto.)
El nombre de una mujer me delata.
Me duele una mujer en todo el cuerpo.
Crecen los muros de su cárcel, como en un sueño atroz. La
hermosa máscara ha cambiado, pero como siempre es la única.
¿De qué me servirán mis talismanes: el ejercicio de las letras,
la vaga erudición, el aprendizaje de las palabras que usó el
áspero Norte para cantar sus mares y sus espadas, la serena
amistad, las galerías de la Biblioteca, las cosas comunes, los
hábitos, el joven amor de mi madre, la sombra militar de mis
muertos, la noche intemporal, el sabor del sueño?
Estar contigo o no estar contigo es la medida de mi tiempo.
Ya el cántaro se quiebra sobre la fuente, ya el hombre se
levanta a la voz del ave, ya se han oscurecido los que miran
por las ventanas, pero la sombra no ha traído la paz.
Es, ya lo sé, el amor: la ansiedad y el alivio de oír tu voz,
la espera y la memoria, el horror de vivir en lo sucesivo.
Es el amor con sus mitología, con sus pequeñas magias inútiles.
Hay una esquina por la que no me atrevo a pasar.
Ya los ejércitos me cercan, las hordas.
(Esta habitación es irreal; ella no la ha visto.)
El nombre de una mujer me delata.
Me duele una mujer en todo el cuerpo.
martes, 22 de octubre de 2013
Charles Bukowski
Cautiously, I allowed myself to feel good at times. I
found moments of peace in cheap rooms just staring at the knobs of some
dresser or listening to the rain in the dark. The less I needed the
better I felt.
jueves, 17 de octubre de 2013
Julio Cortázar
"Detrás
de este triste espectáculo de palabras tiembla indeciblemente la esperanza de
que me leas, de que no me haya muerto del todo en tu memoria"
martes, 15 de octubre de 2013
Don Quijote. Miguel De Cervantes
“¿Y
quién crees que levantó esa espada, sancho? fue Dulcinea del Toboso.
Ella vive en mi, como yo vivo en ella. Ella respira en mi, como yo
respiro en ella”
jueves, 10 de octubre de 2013
Discurso final del "El gran dictador", de Charlie Chaplin,1940.
"Lo siento.
Pero yo no quiero ser emperador. Ese no es mi oficio,
sino ayudar a todos si fuera posible. Blancos o negros. Judíos o
gentiles. Tenemos que ayudarnos los unos a los otros; los seres humanos
somos así. Queremos hacer felices a los demás, no hacernos desgraciados.
No queremos odiar ni ayudar a nadie. En este mundo hay sitio para todos
y la buena tierra es rica y puede alimentar a todos los seres. El
camino de la vida puede ser libre y hermoso, pero lo hemos perdido. La
codicia ha envenenado las armas, ha levantado barreras de odio, nos ha
empujado hacia las miserias y las matanzas.
Hemos progresado muy
deprisa, pero nos hemos encarcelado a nosotros mismos. El maquinismo,
que crea abundancia, nos deja en la necesidad. Nuestro conocimiento nos
ha hecho cínicos. Nuestra inteligencia, duros y secos. Pensamos
demasiado, sentimos muy poco.
Más que máquinas necesitamos más humanidad. Más que inteligencia, tener bondad y dulzura.
Sin
estas cualidades la vida será violenta, se perderá todo. Los aviones y
la radio nos hacen sentirnos más cercanos. La verdadera naturaleza de
estos inventos exige bondad humana, exige la hermandad universal que nos
una a todos nosotros.
Ahora mismo, mi voz llega a millones de
seres en todo el mundo, millones de hombres desesperados, mujeres y
niños, víctimas de un sistema que hace torturar a los hombres y
encarcelar a gentes inocentes. A los que puedan oirme, les digo: no
deseperéis. La desdicha que padecemos no es más que la pasajera codicia y
la amargura de homres que temen seguir el camino del progreso humano.
El
odio pasará y caerán los dictadores, y el poder que se le quitó al
pueblo se le reintegrará al pueblo, y, así, mientras el Hombre exista,
la libertad no perecerá.
Soldados.
No os entreguéis a eso
que en realidad os desprecian, os esclavizan, reglamentan vuestras vidas
y os dicen qué tenéis que hacer, qué decir y qué sentir.
Os
barren el cerebro, os ceban, os tratan como a ganado y como carne de
cañón. No os entreguéis a estos individuos inhumanos, hombres máquina,
con cerebros y corazones de máquina.
Vosotros no sois ganado, no
sois máquinas, sois Hombres. Lleváis el amor de la Humanidad en vuestros
corazones, no el odio. Sólo lo que no aman odian, los que nos aman y
los inhumanos.
Soldados.
No luchéis por la esclavitud,
sino por la libertad. El el capítulo 17 de San Lucas se lee: “El Reino
de Dios no está en un hombre, ni en un grupo de hombres, sino en todos
los hombres…” Vosotros los hombres tenéis el poder. El poder de crear
máquinas, el poder de crear felicidad, el poder de hacer esta vida libre
y hermosa y convertirla en una maravilosa aventura.
En nombre de
la democracia, utilicemos ese poder actuando todos unidos. Luchemos por
un mundo nuevo, digno y noble que garantice a los hombres un trabajo, a
la juventud un futuro y a la vejez seguridad. Pero bajo la promesa de
esas cosas, las fieras subieron al poder. Pero mintieron; nunca han
cumplido sus promesas ni nunca las cumplirán. Los dictadores son libres
sólo ellos, pero esclavizan al pueblo. Luchemos ahora para hacer
realidad lo prometido. Todos a luchar para liberar al mundo. Para
derribar barreras nacionales, para eliminar la ambición, el odio y la
intolerancia.
Luchemos por el mundo de la razón.
Un mundo donde la ciencia, el progreso, nos conduzca a todos a la felicidad.
Soldados.
En nombre de la democracia, debemos unirnos todos."
martes, 8 de octubre de 2013
Federico García Lorca
“Tenía frío y no pedía fuego, tenía terrible sed y no pedía agua: pedía libros, es decir, horizontes, es decir, escaleras para subir la cumbre del espíritu y del corazón. Porque la agonía física, biológica, natural, de un cuerpo por hambre, sed o frío, dura poco, muy poco, pero la agonía del alma insatisfecha dura toda la vida.”
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