—¿No hay gente feliz?
— Hay mucha gente que finge ser feliz.
—¿Por qué?
— Porque están avergonzados y asustados, y no tienen el valor de admitirlo.
—¿Tú estás asustado?
— Sí, pero solo tengo el valor de admitirlo contigo.
domingo, 24 de marzo de 2013
lunes, 18 de marzo de 2013
miércoles, 13 de marzo de 2013
Charles Bukowski
“A mí
cada vez que alguien me hablaba me entraban ganas de tirarme por la
ventana o de escapar en el ascensor. La gente, simplemente, no me
resultaba interesante. Quizá no tenía por qué serlo. Pero los animales,
los pájaros, incluso los insectos lo eran. No podía entenderlo.”
Thought of you
No suelo compartir videos, pero Ryan J. Woodward es todo un maestro, y necesitais ver su trabajo.
http://vimeo.com/14803194
http://vimeo.com/14803194
jueves, 7 de marzo de 2013
Big Fish.
"Hay momentos en los que un hombre tiene que luchar, y hay
momentos en los que debe aceptar que ha perdido su destino, que el barco a
zarpado, que solo un iluso seguiría insistiendo. Lo cierto es que yo siempre
fuí un iluso."
miércoles, 6 de marzo de 2013
martes, 5 de marzo de 2013
NO TIENE IMPORTANCIA. PEDRO MIGUEL OBLIGADO
Esta pena mía
no tiene importancia.
Sólo es la tristeza de una melodía,
y el íntimo ensueño de alguna fragancia.
-Que todo se muere,
que la vida es triste,
que no vendrás nunca, por más que te espere,
pues ya no me quieres como me quisiste-.
No tiene importancia…
Yo soy razonable;
no puedo pedirte ni amor ni constancia:
¡si es mía la culpa de no ser variable!
¿Qué valen mis quejas
si no las escuchas;
y qué mis caricias, desde que las dejas,
quizá despreciadas porque fueron muchas?
¡Si esta pena mía
no es más que el ensueño de alguna fragancia,
no es más que la sombra de una melodía!
Ya ves que no tiene ninguna importancia…
no tiene importancia.
Sólo es la tristeza de una melodía,
y el íntimo ensueño de alguna fragancia.
-Que todo se muere,
que la vida es triste,
que no vendrás nunca, por más que te espere,
pues ya no me quieres como me quisiste-.
No tiene importancia…
Yo soy razonable;
no puedo pedirte ni amor ni constancia:
¡si es mía la culpa de no ser variable!
¿Qué valen mis quejas
si no las escuchas;
y qué mis caricias, desde que las dejas,
quizá despreciadas porque fueron muchas?
¡Si esta pena mía
no es más que el ensueño de alguna fragancia,
no es más que la sombra de una melodía!
Ya ves que no tiene ninguna importancia…
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